Clarín: Las Fábulas de Trigémino
por Roque de Pedro
Hay en los integrantes del grupo Trigémino una actitud que determina su conducta creativa: buscar la definición de su estilo a través de la música misma. Sus integrantes tienen diversas extracciones, pero poseen en común el disfrutar plenamente de lo que hacen […]
Hay en los integrantes del grupo Trigémino una actitud que determina su conducta creativa: buscar la definición de su estilo a través de la música misma. Sus integrantes tienen diversas extracciones, pero poseen en común el disfrutar plenamente de lo que hacen, y planifican su futuro, que incluye grabaciones con reproducción casera, posters, libros, recitales con singular independencia. Uno de ellos tendrá lugar el próximo viernes.
Constantemente nos encontramos con nuevos grupos que buscan la conquista de los escenarios de Buenos Aires, luego de haber realizado una conquista del oeste. Es decir, de la zona del Gran Buenos Aires al oeste de la capital. Castelar, Ramos Mejía, Ituzaingó, incluso Moreno o Paso del Rey, también Ciudadela
Una vez conseguido un repertorio aceptable, viene el peregrinaje para obtener lugares de actuación y luego el superobjetivo: la grabación, el público masivo, etc., etc. El camino es realmente desgastante y son muchos los conjuntos (con sus ilusiones incluídas) que quedan en el camino.
Pero algunos sobreviven, fortalecidos y emergen autodefiniéndose, como Trigémino. Aunque, en realidad, les cuesta mucho definirse con palabras respecto de su línea detrabajo. A nuestra pregunta, responden con ambigüedades. Se miran, se pasan la pelota con un hablá vos, no sé
, mirá, qué sé yo
Hasta que alguno decide arriesgar un tiro al arco:
Te puedo dar marcos de referencia, pero no son totales ni mucho menos; por ahí una onda es Yes o Genesis o Premiata. Pero es diferente, también. En una época lo llamábamos, de entrecasa y en broma, polifonía rockafónica.
¿Pero tienen un mecanismo de composición fijo?
También la composición es muy variada en origen. Puede hacerse entre dos o tres, entre todos Y las letras también.
¿Qué dicen esas letras?
Cuentan fábulas que inventamos nosotros.
¿No pueden contar alguna?
En el bosque, un trovador es capturado por los esbirros del rey, que lo quieren transformar en bufón. Él se deja matar antes que acceder a esa pretensión.
¿Esto significa algo también respecto de la actividad de ustedes, o la manera en que la enfocan?
En parte simboliza la oposición entre lo fácil y cómodo y la misión artística, por darle un nombre. Nosotros buscamos un equilibrio entre hacer para vivir y el arte como tal.
¿Existen ídolos para ustedes?
Los ídolos (deportivos, artísticos, culturales, políticos) están alimentados por los que los sirven. Nosotros tenemos un tema, Desayunando con Pepe Rayo, donde este personaje (tipo héroe de historieta) en el desayuno se come a sus seguidores, esos que a su vez buscaron estar a su sombra para eludir sus propias falencias.
Desde hace dos años Carlos Garófalo (bajo, guitarra acústica y voz), Jorge Minissale (guitarra eléctrica y coros), Marco Pusineri (batería y percusión) y Juan Pollo Raffo (teclados y coros) componen Trigémino. Actuaron en el cercano oeste junto a otros grupos y también solos. En septiembre de 1976 participaron en un festival de cinco horas en el Luna Park, con Marco enfermo de hepatitis, alguna vez veranearon musicalmente en Mar del Plata y en La Pampa grabaron para televisión (en Buenos Aires también)
¿Planes inmediatos?
Hacer una grabación en cassette para reproducirla y ubicarla nosotros mismos. Los temas serían, entre otros, Flan, La Medialuna en el Camisón, El Doble Filo del Hacha del Verdugo, Puramiga (que es un juego de letras de los apellidos mezcladas), el de Pepe Rayo y uno que aún no tiene nombre. También está en vista elaborar un libro con letras de las canciones y fotos y un poster sobre fotografía de Pablo Mazzagatti. Tenemos también un logotipo, mezcla de caballo de ajedrez a hipocampo, que hizo Guillermo Caputti. Y lo más inmediato: un recital el próximo viernes en los Teatros de la Federación de Empleados de Comercio, Bartolomé Mitre 970, a las 22.