América 24: «Teníamos como público a Sumo, Soda y Los Redondos»
El Güevo, el grupo de jazz / rock que supo ser de culto y a la vez popular en los años 80, está de regreso. Esta noche, desde las 21, en La Trastienda, va a presentar su nuevo disco. Entrevista de A24.com con su fundador y líder, Pollo Raffo.
por Andrés Casak
¿Qué se puede anticipar del concierto?
Vamos a estar presentando los temas que están en el vinilo que editamos el año pasado, y otros más del repertorio del grupo. Toda música que yo escribí entre 1983 y 1988 y que tocábamos por esos años. Teniendo en cuenta que siempre grabamos «en vivo» en el estudio y sin sobregrabaciones, lo que se va a oír en el concierto tiene el mismo carácter de lo que suena en el disco.
Si tuviera que explicarle la importancia de El Güevo en los 80 a algún chico que por edad no lo conoció, ¿qué le dirías?
Que El Güevo era un grupo de música instrumental cercana al jazz/rock pero que se movía dentro del circuito del rock, cosa rara por aquel entonces. La música tenía el dinamismo del rock argentino de esa época y reflejaba sin lugar a dudas el clima de optimismo y esperanza propios del retorno a la democracia. Sus integrantes éramos además una selección de jóvenes sesionistas que participábamos activamente en grabaciones y conciertos de artistas muy populares.
Aunque no fue estrictamente un grupo de rock, El Güevo estuvo muy cerca del rock en los 80. ¿Con qué bandas había empatía? ¿Alguna anécdota en especial?
Había empatía con las bandas en las que nosotros mismos tocábamos: Baglietto, Fontova, Lito Vitale, Spinetta. Y por otra parte en los comienzos del grupo (1983/84), compartíamos el circuito de pubs donde también actuaban Soda, Sumo, Los Redondos o Suéter y era habitual tener a estos colegas como público de El Güevo y viceversa.
¿Cómo fue la idea de volver a juntarse?
El aniversario número 25 del grupo coincidió con la reapertura del legendario local Jazz & Pop, donde tocábamos regularmente en los ’80. Fue sólo cuestión de unir ambas circunstancias y hacer una serie de conciertos ahí. En uno de ellos nos escuchó el ingeniero y productor Andrés Mayo, que nos propuso ser el número de lanzamiento de su sello discográfico Cool Du Monde, que edita sólo vinilos.
Todos los músicos de El Güevo tienen cualidades de solistas. ¿Qué aspectos musicales rescatarías de cada uno?
Pablo Rodríguez: plasticidad y carisma. Víctor Skorupski: experiencia y dignidad. César Silva: bonhomía y espesor. Marcelo Torres: solidez y audacia. Daniel Volpini: seguridad y motivación. Guillermo Arrom: precisión y expresividad.
¿Va a tener continuidad el regreso de El Güevo?
En la medida en que pueda coexistir con los proyectos solistas de cada uno, seguramente haremos más presentaciones y, por qué no, alguna otra grabación.
¿Cómo recuerda la grabación del cassette con el grupo en 1987?
Adaptando un estudio pequeño, de ocho canales, para poder tocar todos juntos igual que en vivo. Hubo que repartir a todo el grupo por los diferentes ambientes del departamento donde estaba montado el estudio. Creo que el verdadero héroe fue Alberto Sardá, que fue el técnico de grabación y mezcla.
Y el disco que grabó en 2011 con una tirada de 500 ejemplares, ¿va ampliarse a más CDs o así está bien?
Se amplía. De hecho, vamos a estar presentando la edición en CD en este concierto, que va a estar disponible ahí junto con el vinilo.