ArgentJazz / Discos: Pollo Raffo y un recuerdo que se hace música
Desde hace dos décadas el barrio de Flores, emblema de la variada geografía porteña, tiene su propia música. La Música de Flores, que con talento viene entregando desde entonces el entusiasta Pollo Raffo y que ahora tiene en La falacia del espantapájaros, un nuevo y valioso aporte, homenaje a la vez a la memoria de Martin Rur.
Por Fernando Ríos
¿Qué es un barrio porteño? ¿Un territorio de límites burocráticos o una geografía emocional y vivencial solo reconocible por quienes la habitan? Como tantas otras veces, la respuesta quizás esté en el arte. En el Palermo de Borges, el San Juan y Boedo de Manzi. En Constitución de noche de Adrian Abonizio o en el Flores de Roberto Artl, territorio de los hombres sensibles surgidos de la sensible pluma de Alejandro Dolina.
Y por qué no inscribir en esa especie de mitología urbana, y por mérito propio, a la Música de Flores que con talento y persistencia viene entregando desde hace años Juan Raffo, para todos “el Pollo”. Para todos uno de los músicos más creativos de la escena local. Aunque sea él mismo quien relativice esa pertenencia, cuando plantea irónico: “Yo digo que hago música de autor. Y como soy un autor que vive en Flores, hago por lo tanto música de Flores”.
Lo cierto es que esa Música de Flores, que hasta aquí se refugiaba en cinco discos, tiene ahora uno más: La falacia del espantapájaros, el último y más reciente álbum de la serie y el primero en formato de trio, luego del temprano fallecimiento de Martin Rur, el histórico saxofonista del grupo.
Entonces el recuerdo del amigo atraviesa el disco y se detiene en El rulo, el quinto corte dedicado a su memoria y que fuera premiado en el Concurso de Música Popular 2023 del Fondo Nacional de las Artes. “Naturalmente con los chicos – Tomás Pagano y Rodrigo Genni– decidimos no buscar un reemplazo para Martín y así trabajamos este repertorio en trío. Sin querer caer en una cuestión frívola, este disco funcionó como una especie de duelo para el grupo”, le confesó al periodista Santiago Giordano en una reciente entrevista para Página12.
Y es así que esa ausencia, paradójicamente tan presente, marca la personalidad de la entrega y la sintetiza en un abordaje despojado, en donde los teclados, el bajo eléctrico y la batería transitan sin prejuicios más allá de los límites del jazz, para teñir su lienzo con pinceladas del rock “progresivo” de los 70 y colores propios del folklore argentino, el tango y la milonga.
“Se suele hablar de música de fusión, que para nosotros más que nada tiene que ver con el modo en que la música nos va llevando, nos va moviendo por lugares a veces desconocidos, o que de un modo u otro conocemos y reinterpretamos”, asegura Raffo.
La falacia del espantapájaros, editado por el Club del Disco, es el sexto registro de la saga que comenzó con Guarda que viene el tren del 2006 y continuó con Diatónicos anónimos (2010), Al sur del Maldonado (2013), Brindis (2016) y Llueve sobre la Biblioteca Nacional (2019), nominado a los premios Gardel en 2020.
Valiosos trabajos, por los cuales Raffo recibió el premio Konex de Platino como máximo exponente de la disciplina Instrumental/Fusión” de la década 2005-2014 y también una mención especial en los Premios Nacionales de Música 2020.